PROHIBIDA LA A

 

Escribir un texto sin utilizar la letra "A", salvo en los artículos y preposiciones.

Es más difícil de lo que parece...

 

El techo se derrumbó y sepultó lo insepulto. Cubrió los colores y sólo sobrevivió el rojo. la muerte cubrió los restos y los devoró sin conseguir ceder en el empeño de fin que bebe de todos los sitios.

    El fuego quemó los vestigios de la destrucción pidiendo al viento que virtiese su soplo sobre ellos, pero un soplo oscuro y pestilente, encubridor. Sólo un testigo sobrevivió, el dolor, pero tembloroso por lo sucedido, se enterró en el suelo, con los insectos y los topos.

    Cuando el sol llegó al sitio, los mudos restos no pudieron ni sugerir el motivo de la destrucción. El sol, furioso, se enterró en el suelo. Buscó en hoyos, reptó por los boquetes más profundos, y no encontró explicación.

    Furioso por el repelente intento, dispersó las nubes y dividió el cielo en trozos con colores prohibidos. Demostró de ese modo su dominio de los elementos y promulgó un edicto: sólo él puede destruir, sólo él puede reconstruir. Desde ese momento, cualquier recuerdo de lo ocurrido quedó nunca escrito, y el contendiente que osó emitirle un reto al sol se esfumó y no se supo de él hasta hoy.

 

 

     Dejé de escribir. Pensé seguir viviendo, recorriendo los tristes senderos de donde vino, de donde vengo... de ese triste infierno donde moré mucho tiempo. Y logré sobreponerme, perder el miedo y vivir sin ti, pero no soporto el viento sin poder ver tu rostro. Es duro escribir sin sentirte, sin oir tu voz... sin oler tu pelo. Pensé en morir, es cierto, y si no lo hice fue por no querer irme sin verte de nuevo.

 

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