1.- Martintxo Kukaratxo, insecto de pro
2.- En la balsa de unos inmigrantes
3.- Miraba el paso de la gente
4.- ¡Ayuda, socorro!
5.- Todos se fueron a vivir al fondo del mar excepto uno
Martintxo Kukaratxo, insecto de pro, se divertía en el muelle mientras miraba el paso de la gente. De pronto se vio inmerso entre la multitud. Miles de inmensos pies humanos intentaban, inconscientes, aplastarlo.
"¡Socorro, ayuda!"-gritaba. Hasta que por arte de magia sobre él se posó un bolso con un agujero que fue a dar justo encima de él. Allí vio su escapatoria, se introdujo dentro de aquel amasijo de objetos y exhausto se quedó dormido. Cuando despertó, asomó su naricilla por el agujero y cual fue su sorpresa al descubrir que había embarcado en una balsa de inmigrantes marroquíes que se dirigían hacia las costas españolas. "Voy a ser el primero de mi familia que viaje lejos" pensó. De repente, todos los ocupantes empezaron a gritar. Aquello parecía el principio de una guerra. El bote se tambaleaba de un sitio a otro, hasta que al final todos se fueron a vivir al fondo del mar excepto uno, el dueño del bolso... Y así fue como nuestro tatarabuelo Martintxo llegó a hacer historia en las grandes ciudades de Europa.
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1.- Un soldado
2.- En el metro de París
3.- Buscaba algo para comer
4.- No tengo ganas de ir a pasear.
5.- En comisaría.
Tan solo era un soldado en el metro de París, pero nada mas verlo, lo supe.
- No tengo ganas de ir a pasear - le dije a mi amigo-. Ve tu solo.
Mi amigo montó en el vagón y desapareció en la oscuridad del tunel. Me quedé observando a aquel tipo. Era justo lo que había soñado la noche anterior. Yome acercaba a un vagabundo que buscaba algo para comer en el contenedor de basura cerca de la boca del metro, y le ofrecía el bocadillo que me estaba comiendo. Me sentaba junto a él mientras me contaba que en sus buenos tiempos él fue soldado, un buen soldado. Que al volver de la guerra todos le habían dado por el culo. Sus amigos, el Gobierno, su mujer... Lo llevé a mi casa y seguimos hablando durante el resto del día... criticando el sistema y la sociedad, sólo que en la realidad, acabamos en comisaría.
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1.- Un músico en paro
2.- En el rincón más sucio y oscuro de una habitación
3.- Miraba al cielo perplejo
5.- ¿Alguien ha visto mi violín?
6.- ¡Chofff!!
Había luna llena. Todos estaban alborotados. Cada uno andaba a lo suyo. Cada cual con su historia. Aquello era un caos. Él estaba mirando al cielo absorto, ajeno a todo aquel desastre de dementes exasperados. De pronto recordó que había sido un músico, un buen instrumentista. Y se sintió mutilado, le faltaba lo más importante.
- ¿Alguien ha visto mi violín? - gritó.
- ¿Alguien ha visto mi violín?... - y se fue uniendo al resto de los demás locos repitiendo las mismas palabras una y otra vez. Hasta que todos, sin proponérselo, orquestaron una sinfonía de preguntas con una melodía propia y repetitiva... en un movimiento circular que les iba reduciendo como grupo al rincón más sucio y oscuro de la habitación... Hasta que alguien gritó Chofff. Y todo quedó en silencio.
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1.- Una impertinente viuda vestida de rojo.
2.- En una fábrica de colchones
3.- Tiraba los dados intentando sacar un 13 que nunca llegaría.
4.- ¿Tú que piensas de todo esto?
5.- Prefirió la soledad a la agonía de vivir siempre en compañía inadecuada.
Mientras agitaba los dedos entre sus manos, sólo pensaba en sacar un 13, y tal vez dejar por fin de trabajar en la fábrica de colchones. El 13 no llegó nunca, evidentemente. Y en vez de montarse en el dólar acabó con una impertinente viuda vestida de rojo. Siempre vestía de rojo.
- ¿tú qué piensas de todo ésto? - le preguntó a su amigo. El amigo no respondió, simplemente se alejó. Todavía hoy se oyen las carcajadas... Así que al cabo del tiempo, a riesgo de no volver nunca a su ciudad natal, se esfumó. Prefirió la soledad a la agonía de vivir siempre en compañía inadecuada.
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1.- Un viejo minero
2.- En lo alto de un armario
3.- Suspiraba melancólico.
4.- ¿Donde estás?
5.- Follando como locos.
Un viejo minero sale del trabajo suspirando melancólico. Al llegar a casa, siempre le esperaba una sorpresa.
- ¿Donde estás? - preguntaba.
- En lo alto del armario... -respondía una voz...
Y el juego se complicaba, más que en la infancia, pues ambos acababan follando, cada noche como locos. Era la panacea del día.
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2.- En lo alto de un rescacielos.
3.- Se rasca sus partes
5.- Me duele el miedo
5.- En el suelo.
El diablo se rascaba sus partes en lo alto de un rascacielos. Ibaq a suicidarse. Estaba cansado de hacer el mal. "Me duele el miedo" pensó. Nunca antes me había pasado... Y entretenido en ésto, alguien abrió la puerta de la azotea... se asustó y cayó al suelo desde un 13ª piso.
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